Noticias industriales

Buscador Industrial

Soluciones de etiquetado, ¿cómo elegir la correcta? Utilizar el equipo incorrecto puede significar que los productos tengan que retirarse del mercado e incluso puede poner en riesgo la seguridad de los trabajadores

El etiquetado de productos es uno de los pasos más importantes en la logística de un proceso, ya que permite asegurar la trazabilidad del objeto en donde se coloque y verificar que llegue al destino correcto.

Realizarlo de manera inadecuada puede significar que los productos tengan que retirarse del mercado, mientras que en el caso de las aplicaciones industriales incluso puede poner en riesgo la seguridad de los trabajadores.

Pese a que este tipo de equipos se han desarrollado desde el milenio pasado, no fue hasta después de 2010 que surgieron opciones que permitían crear –acorde a las necesidades particulares de cada empresa– etiquetas con una longitud particular, troqueladas o continuas ya dimensionadas, en cualquier lugar y momento.

Lea también: Cómo agilizar la cadena de suministro ante cambios disruptivos

Si hoy en día existen un sinfín de opciones de diferentes marcas para satisfacer un gran número de aplicaciones, entonces, ¿cómo elegir la opción correcta?

De acuerdo con Manuel Amezcua Clark, especialista de ABSA Industrial, división de Grupo ABSA especializada en soluciones de automatización y control industrial, uno de los primeros factores a considerar es definir qué es lo que se quiere etiquetar, si piezas de seguridad, cables, alambres, componentes electrónicos, placas, códigos de barras o muestras de laboratorio, pues dependiendo de la aplicación se consideran las características técnicas del equipo a utilizar.

Principales aplicaciones

  • Áreas de seguridad e higiene. Las soluciones de etiquetado deben tener la capacidad para imprimir letreros más grandes, marcadores de tuberías, logos y mucho más para la identificación de seguridad.
  • Deben ser adecuadas para aplicaciones de identificación de cables y alambres. Pueden ser sin teclado o de tope de gama.
  • Áreas de producción. Deben de tener la posibilidad de imprimir etiquetas complejas con códigos de barras, líneas, texto, imágenes, etc.
  • Por normatividad, lo ideal es que funcionen para identificar cualquier muestra de laboratorio. Deben contar con diferentes calidades de adhesivos y vinil de la etiqueta.

Una vez determinado esto, lo siguiente que se debe definir es cuántas etiquetas se requiere imprimir aproximadamente al día, pues al elevarse la gama de las etiquetas, también se eleva la cantidad de impresiones; el monto se puede dividir en 100, 250 o 750, que es el rango promedio de las impresoras básicas, de media gama y gama alta, respectivamente (principalmente en las portátiles).

El experto agregó que lo siguiente a considerar es la medida que se necesita, dependiendo de la aplicación que tenga.

Se pueden clasificar en tamaños de 0.75, 1, 1.5 y 2”. Con impresoras portátiles se logran etiquetas de 2” de ancho con el largo que se requiera, pues hay cartuchos que son de cinta corrida.

Además del número de etiquetas impresas por día y las medidas, también se debe tener en cuenta la resolución, la cual puede estar disponible desde 203 dpi en el caso de las soluciones básicas hasta 300 dpi en gamas más altas.

Existen aplicaciones que por el tipo de proceso requieren etiquetas a color, por lo que también sugirió analizar qué capacidades de color tiene el equipo, así como la duración de la garantía, el software y la conectividad, ya que algunos modelos permiten imprimir desde una computadora.

Finalmente, Amezcua Clark recomendó considerar el método de impresión, aunque en el caso de las impresoras portátiles en su mayoría son por transferencia térmica; el tipo de consumibles, tipo de etiquetas (continuas, pre cortadas, granel y personalizadas), así como el suministro de energía, que puede ser a través de pilas alcalinas, batería recargable de iones de litio o adaptador CA.

Otras noticias de interés